CONOCE A UNO DE LOS ARTISTAS CINÉTICOS
Y ÓPTICOS MÁS RELEVANTE:
CARLOS CRUZ-DIEZ

Carlos Cruz-Diez, nacido en Caracas en 1923, es uno de los grandes exponentes del arte cinético. Es hijo del químico Carlos Eduardo Cruz y Mariana Diez, de niño le encantaba dibujar en clase, jugando en el escritorio de su padre con su sello de goma y observando el mundo que lo rodeaba.

A los 17 años, Cruz-Diez decidió que quería ser artista y se inscribió en la Escuela de Bellas Artes de Caracas. Para financiar sus estudios, dibujó cómics y, después de graduarse, trabajó en diseño gráfico y como ilustrador, mientras desarrollaba su pintura.

Como pintor académico, Cruz-Diez tuvo mucho éxito, pero mientras más estudiaba historia del arte, más comprendía que no estaba inventando el arte. Quería cambiar su camino y eligió el camino de color relativamente inexplorado como su enfoque.

En 1940 se inscribió en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, donde fue alumno de Marcos Castillo, Luis Alfredo López Méndez y Juan Vicente Fabbiani, entre otros.

Durante su época estudiantil colaboró con viñetas humorísticas para el diario La Esfera y la revista infantil Tricolor.

En 1942, abandonó la carrera de arte puro y continuó estudiando para profesor de artes manuales y artes aplicadas, la cual concluyó en 1945.

En 1944, trabajó como diseñador gráfico de publicaciones de la Creole Petroleum Corporation.

En 1945, se incorporó al equipo docente de la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, actividad que desempeñó hasta 1955. Fue director creativo de la agencia McCann-Erickson Advertising de Venezuela.

En 1947 viajó a Nueva York, donde realizó cursos de arte y publicidad. Su producción pictórica de estos años se desarrolla en la línea del realismo social.

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CARLOS CRUZ-DIEZ.
CARLOS CRUZ-DIEZ FRENTE AL MUSEO DE LOUVRE. PARÍS. 1955.

Comenzó su carrera artística como pintor figurativo, pero pasó rápidamente al arte geométrico en los años 50. En aquellos días pintaría franjas de color, una técnica particularmente difícil ya que los colores se mezclarían entre sí.

Luego utilizaría los lados del cartón, la madera y el plástico como líneas, que pintaría con diferentes colores, hasta que se vio obligado a detenerse debido a la crisis de precios del petróleo de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), y la subsiguiente crisis.

Naturalmente, el artista tomó esto como una oportunidad para reinventarse completamente, evolucionando sus técnicas y simplificando su flujo de trabajo utilizando aluminio. Sus perfiles de aluminio le permitieron la libertad de explorar el color de nuevas maneras.

Entre 1953 y 1955 ejerció como ilustrador del diario El Nacional y publicaciones como la revista Momento y Rojo y Negro. En 1954, comenzó a interesarse por las corrientes abstractas y realizó una serie de proyectos para murales exteriores con elementos geométricos coloreados, algunos manipulables.

Presentó estos proyectos en el XV Salón Oficial, los cuales produjeron comentarios de sorpresa por su “conversión a la abstracción”.

Un año después viajó a El Masnou y a Barcelona, visitó París y vio por primera vez los trabajos de Jesús Soto en una exposición cinética en la Galería Denise René.

A partir de esa experiencia desarrolló, entre 1956 y 1957, las series Objetos rítmicos móviles. Signos rítmicos dinámicos y Construcciones en cadena, obras en las que indagó el problema del movimiento consecutivo, así resalta su preocupación por las relaciones entre forma y color, así como por la animación de la superficie pictórica producida por el contraste y la disposición del diseño sobre el plano.

Estas obras fueron exhibidas por primera vez en la Galería Buchholz en 1956.

En 1957 decidió regresar a Venezuela y crear el Estudio de Artes Visuales dedicado a las artes gráficas y el diseño industrial. Se desempeñó como diseñador gráfico en el departamento de publicaciones del ME, diseñador de la revista El Disco Anaranjado y director adjunto y profesor de pintura de la Escuela Cristóbal Rojas.

Enseñó además tipografía y diseño en la Facultad de Periodismo de la UCV. A partir de 1959 se hizo cada vez más notorio el interés del artista por los fenómenos cinéticos y cromáticos.

De este año data “Amarillo Aditivo”, y empezó a desarrollar en sus obras el principio de los colores ópticos. Asimismo, realizó su primera Fisicromía, término que el mismo elaboró, derivado de la expresión “cromatismo físico”.

A partir de las primeras Fisicromías, Cruz-Diez introdujo modificaciones cromáticas y técnicas que lo condujeron a ampliar el formato de las obras, hecho que le permitió integrarlas a espacios arquitectónicos.

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OBRA DE CARLOS CRUZ-DIEZ EN CARACAS.

Se mudó a París el 12 de octubre de 1960 para convertirla en su base permanente. Instaló un estudio en la rue Pierre Sémard y gradualmente lo amplió para incluir otros espacios en la misma calle.

Descubrió el principio del color sustractivo e investigó nuevos conceptos plásticos que se basan en los efectos ópticos generados por el color en sus obras. Algunos de estos planteamientos los abordó en las series de Inducción cromática y en Cromo-interferencias.

En 1965 fue designado miembro consejero del Centro Cultural Noroit (Arras, Francia), actividad que desarrolla hasta la actualidad. Ese mismo año inició sus cámaras de descondicionamiento sensorial que produjeron más adelante sus Laberintos de cromosaturación, especies de casetas urbanas donde experimenta saturaciones cromáticas en el espectador que las recorre.

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CARLOS CRUZ-DIEZ. CROMOINTERFERENCIA CIRCULAR MECÁNICA. 1975

En 1967, fue premiado en la IX Bienal de São Paulo y decidió regresarse por breve tiempo a Venezuela por invitación del Inciba.

A partir de este momento, Cruz-Diez empezó a realizar innumerables proyectos de ambientaciones cromáticas, integrando sus obras a la arquitectura o al urbanismo, como la Transcromía para la puerta de la Torre Phelps de Caracas.

En 1968 diseñó los Cromoscopios, que alteraban en un visor la percepción de los colores, y trabajó en la restauración de los vitrales de la Basílica de Santa Teresa en Caracas. Durante ese tiempo, fue designado jurado en el Salón de Vitry-sur-Seine en Francia.

Desde los años 70 trabaja con la técnica de fisicromía, pintando sobre aluminio con serigrafía. Sin embargo, se encontró que esta técnica era tóxica e intensiva en el trabajo, y se abandonó en el 2000 a favor de la tecnología numérica.

Cruz-Diez es considerado uno de los artistas venezolanos esenciales del siglo XX, su obra ha abarcado la escala internacional al profundizar una de las investigaciones más importantes referidas al cinetismo y a las experiencias ópticas.

La base fundamental del cinetismo de Cruz-Diez, como afirmara Alfredo Boulton: “Está asociada directamente con el color en relación al espacio y a la forma.

La dimensión, el formato de sus diseños, el patrón lineal de que se vale, así como los espacios que utiliza, están todos sometidos a un modelo armónico […] cada valor tiene su sitio, cada emisión óptica tiene el espacio justo que ha de recibirla, cada raya, cada forma geométrica tiene su correspondiente margen.

Todo el diseño es una sola forma tramada, nunca dejada al azar, que responde a un mecanismo científicamente elaborado para que encuentre en la visión humana, precisamente, todo lo que Cruz-Diez ha querido hacerle ver:

…comprendí que el problema no era mirar sino ver” (1972).

En 1974 realizó una ambientación cromática para el hall central del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, ubicado en Maiquetía Estado Vargas.

En 1975 inició sus Cromoprismas aleatorios y, dentro del programa “El artista y la ciudad”, organizado por la Gobernación del Distrito Federal, presentó una serie de intervenciones urbanas: pinturas de autobuses y aceras, pasos peatonales, proyecciones de colores en el cielo y murales colectivos.

En 1976 realizó Ambientes Cromointerferentes y Cromoprismas espaciales.

En 1980 presentó la muestra “Didáctica y dialéctica del color” en la USB. En 1981, el MACC organizó la primera retrospectiva de su obra realizada en el país.

Al año siguiente, el Museo de Arte Moderno La Tertulia de Cali, Colombia, celebró sus 25 años de producción y, junto a la muestra, realizó una serie de intervenciones urbanas en la ciudad, pintando varios pasos peatonales con obras cinéticas.

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AMBIENTACIÓN DE CARLOS CRUZ-DIEZ EN EL AEROPUERTO DE MAIQUETÍA. CARACAS
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CARLOS CRUZ-DIEZ CON SU AMBIENTACIÓN EN EL AEROPUERTO DE MAIQUETÍA.
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AMBIENTACIÓN ARQUITECTÓNICA REALIZADA POR CARLOS CRUZ-DIEZ.

La misma experiencia se repite en 1985 con los alumnos de la Escuela de Bellas Artes de Cali y Barranquilla en Colombia. Recibió la Orden de las Artes y las Letras de Francia.

La GAN posee una importante selección de sus obras que permiten describir la evolución de su propuesta, entre ellas Formas en el espacio (1953, acrílico sobre tela), Construcción nº 2 (1957, duco sobre madera) y Fisicromía nº 222 (1966, acrílico sobre madera).

Al año siguiente, fue nombrado Director de la Unidad de Arte del IDEA.

En 1989 realizó una intervención cromática para Marsella en Francia, consistente en pasos peatonales en diferentes avenidas, Inducción cromática para un autobús público y Cromoestructura espacial.

En 1991, realizó una serie de pasos peatonales en la Plaza La Castellana en Caracas.

En 1995, en el marco de la exposición “Otero, Soto, Cruz-Diez. Tres maestros del abstraccionismo en Venezuela y su proyección internacional” elevó al cielo caraqueño, en la Plaza de los Museos, su Cúpula virtual efímera.

Este mismo año instaló El laberinto cromovegetal (USB), jardín concebido como una estructura plástica, donde los colores, en lugar de estar aplicados con pigmentos de emulsión, son generados por plantas y flores que se van modificando naturalmente.

En 1997 fue nombrado presidente vitalicio y miembro del Consejo Superior del Museo Cruz-Diez, creado ese mismo año.

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CARLOS CRUZ-DIEZ. LABERINTO CROMO VEGETAL. USB. 1995

De su obra se han realizado varios documentales, entre ellos: Fisicromías y Fisicromías II (Ángel Hurtado, 1960 y 1967), Cruz-Diez, el ilusionista del color (Manuel de Pedro, 1978) y Le Venezuela par Cruz-Diez (Dirección de la Comunicación del Servicio Audiovisual, París).

Entre las múltiples muestras colectivas en las que ha participado destacan: “1661-1961: pintura venezolana” (MBA, 1960), XXXI Bienal de Venecia (1962), “First Festival of Modern Art from Latin America” (Galería Signals, Londres, 1964), VIII Bienal de São Paulo (1965), “De Mondrian au cinetisme” (Galería Denise René, París, 1967), “Art cinetique et espace” (Museo de El Havre, Francia, 1968), “Art cinétique” (Chateau de Montbeliard, Francia, 1975), “L’Œil en action” (Centro Georges Pompidou, 1978), “Trois jours d’art cinétique” (École d’Art de Luminy, Marsella, Francia, 1981), “Aspects de la peinture contemporaine” (Musée d’Art Moderne, Troyes, Francia, 1984), “Forty Years of Modern Art 1945-1985” (Tate Gallery, Londres, 1985), “Manifeste, une histoire parallèle 1960-1990” (Centro Georges Pompidou, 1993) y “La transparence dans l’art du XX siècle” (Musée des Beaux-Arts André Malraux, El Havre, Francia, 1995).

Hoy en día, su taller se extiende por una serie de propiedades de manera interesante, uno de sus estudios todavía tiene la misma fachada de cuando solía ser una carnicería.

Cruz-Diez ha asignado un propósito específico a cada espacio: un centro de documentación (que contiene parte de la documentación, el resto se encuentra en su estudio de Panamá), una sala de reuniones y un espacio dedicado a trabajos de restauración que también contiene sus archivos de trabajo.

Su área de trabajo, o estudio de experimentación, es bastante fascinante: está tan lleno de todo tipo de herramientas y equipos que bien podría confundirse con un taller de orfebrería en lugar de un taller de pintores.

Su familia ha trabajado continuamente para la conservación a largo plazo y la organización del trabajo y el legado de un artista que solo puede ser descrito como uno de los grandes científicos del color.

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CARLOS CRUZ-DIEZ: CIENTÍFICO DEL COLOR.
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CARLOS CRUZ-DIEZ. MIAMI MARLINS STADIUM. MIAMI

Ha realizado una exploración de por vida sobre el uso de sus materiales, siempre con el objetivo de encontrar el mejor método posible para expresar sus ideas.

La única constante en su trabajo es la percepción del color y los sentimientos que el color genera en el espectador. Quiere que veamos que el color tiene vida propia.

Pero los materiales y la técnica no están en el centro de su trabajo, sino que su principal interés radica en hacer que el espectador reflexione sobre el arte. La pintura física no es más que un instrumento a través del cual Cruz-Diez nos expresa sus ideas.

El brillo, las pinceladas, el estilo: estos no son el punto focal de su arte. Al igual que un arquitecto, diseña su proyecto para que otros reflexionen sobre él y le den sentido.

Un enfoque racional, casi conceptual.Sus intervenciones en el espacio urbano y en la arquitectura pública nos han dado una nueva forma de ver el arte, donde los cambios en la posición del espectador o en la luz del día proporcionan una percepción del color completamente diferente y, por lo tanto, un estado emocional diferente. Sus obras son muy aclamadas en todo el mundo.

CARLOS CRUZ-DIEZ EN LA ACTUALIDAD

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CARLOS CRUZ-DIEZ. CROMO SATURACIÓN. 2013.

Carlos Cruz-Diez ha dedicado su vida a la investigación del color, las líneas y la percepción. Considerado uno de los precursores del movimiento de arte óptico y cinético de la década de 1950, su trabajo es considerado un canon en la etapa del arte contemporáneo y continúa influyendo en la cultura artística en todo el mundo.

Cruz-Diez es considerado internacionalmente como un Maestro de los siglos 20 y 21 por sus contribuciones a la teoría y la práctica del color. Desde su primera exposición individual en el Instituto Venezolano-Americano en Caracas en 1947, su participación en el polémico espectáculo de 1965 del MoMA del entonces nuevo movimiento Op Art y representando a Venezuela en la Bienal de Venecia, ha participado en cientos de exposiciones y retrospectivas en todo el mundo.

Cruz Diez describe su discurso como “Arte del movimiento real y el espacio”. Su investigación sobre los efectos aditivos, reflexivos y sustractivos del color muestra que la percepción de un fenómeno cromático no depende de la forma.

Más allá de la investigación formal, para el artista, el color es una experiencia en sí misma que se puede percibir y disfrutar sin interpretación o conocimiento. A través de la interacción, el espectador se convierte en un cómplice del artista, un participante esencial en la obra de arte en sí.

Las obras de Carlos Cruz-Diez se han convertido en parte de las colecciones públicas más destacadas, entre ellas, MoMA, Tate Modern, el Museo Victoria y Alberto, el Centro Georges Pompidou, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París, Kunstmuseum en Suiza, Museo Wallraf-Richartz en Alemania, El Museo de Arte Contemporáneo en Sydney y el Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwán.

También ha ejecutado numerosos proyectos públicos a gran escala e intervenciones arquitectónicas en todo el mundo.

Más recientemente, Cruz-Diez instaló una obra de arte pública de 500 m2 fuera del Centro Pompidou-Metz en París como parte del festival Constellations de Metz y la exposición de 2018, L’aventure de la couleur.

Además, el artista fue destacado en Art Basel, Suiza 2018 con toda la sala VIP de UBS Art Basel dedicada a su trabajo arquitectónico desde 1979, Environnement Chromatique, además de exponer su trabajo de instalación a gran escala Translucent Chromointerferent Environment como parte de Unlimited.

A lo largo de su carrera, Carlos Cruz-Diez ha recibido muchos premios prestigiosos, incluido el Premio Internacional de Pintura en la IX Bienal de Sao Paulo.

Fue otorgado como Comandante de la Orden de las Artes y las Letras y Oficial de la Orden Nacional de la Legión de Honor en Francia.

También recibió un doctorado honorario de la Universidad Central de Venezuela. En 2014, fue invitado de honor en la Royal Academy of Arts y al año siguiente recibió la Medalla Turner en Londres.

En 2016, recibió el Premio Internacional Trebbia en Praga, y es el Honouree SCAD DEFINE ART 2017.

A sus 95 años, Cruz Diez sigue siendo un artista muy activo, que expande incansablemente su investigación sobre el color, utiliza nuevas tecnologías y está abierto a colaboraciones con artistas más jóvenes que admiran su trabajo, como Liu Bolin.

Marcas creativas como Prada han rendido homenaje a su legado al presentar una de sus obras de arte más célebres, las “fisicromías”.

El Physichromie es una estructura diseñada para revelar ciertas circunstancias y condiciones relacionadas con el color, cambiando de acuerdo con el movimiento del espectador y la intensidad de la luz, y así proyectar el color en el espacio para crear una situación evolutiva de color aditivo, reflectivo y sustractivo.

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LIU BOLIN Y CARLOS CRUZ-DIEZ.

Si llegaron hasta aquí, pues realmente los felicito por leer este artículo, mi pequeño homenaje al gran maestro Carlos Cruz-Diez.

Obviamente es una de mis influencias más fuertes en mi trabajo artístico. Tengo la ilusión de conocerlo antes de que nos abandone el gran maestro.

Ojalá lo logre…

ACTUALIZACIÓN: Lamentablemente el maestro nos abandonó el día 27 de julio de 2019. en París, Francia.